Partido sin historia, la incompa- recencia de varios jugadores por parte de los magos hizo que el partido se convirtiera en una pachanga para ambos equipos.
LA CLAVE
La superioridad numérica de los visitantes hizo que consiguieran una goleada sin mucho esfuerzo. Los locales, no muy enteros físicamente, intentaron mantener el tipo pero se perdieron en jugadas individuales.
LO MEJOR
La jugada clásica de Enrique que, aprovechando la relajación de los rivales, se va de todos ellos pero ya en área pequeña, cansado y rodeado, dispara fuera a la media vuelta.
LO PEOR
La falta de compromiso de algunos jugadores, que hacen que el equipo ni siquiera pueda presentar un quinteto y aboca a sus compañeros a sufrir una inapelable goleada.
LAS FRASES
Manu Suá: "¿Donde está la gente que se quejaba ayer de lo poco que había jugado?."
Juan Jesús: "Yo lo digo ya: el próximo campeonato no contéis conmigo."
Poco que contar de un partido que a priori debería haber sido bonito para una mañana de domingo. El Rayo Barbate venía de ganar por un cómodo 6-0 al CD Los Ángeles en el día anterior, y el magic team parecía poder plantarle cara, pero ante la falta de efectivos ya había poco que hacer.
El partido comenzó tarde, pues el árbitro sufrió una agresión en el partido anterior y permaneció en los vestuarios mientras se personaban en el recinto deportivo las fuerzas de órden público para tomar nota del incidente y recoger la oportuna denuncia. El partido anterior fué suspendido y seguro que el autor de la agresión recibirá una dura sanción.
Desde el principio, el partido fué un monólogo de los rojos y un querer y no poder de los magiares, que veían cómo una y otra vez las llegadas caminando de los primeros terminaban en gol. En defensa tampoco tuvieron que esforzarse mucho, pues las llegadas blancas rara vez incomodaban a su portero, que apenas tuvo trabajo en todo el partido.
En la segunda parte, con Juanje de jugador, siempre luchando por cada balón, el equipo pareció mejorar un poco, pero fué una ilusión. Una clásica jugada suya, arrancando con el balón desde el medio campo y cruzando ante la salida del portero hacía que el magia consiguiera el gol del honor, pero la abultada diferencia en el marcador en ese momento hacía difícil el que se le pudiera calificar con ese adjetivo. Fruto de la frustración, Manu y Juanje fueron amonestados con tarjeta amarilla en sendas faltas a los rivales, aunque en ninguna de ellas hubo mala fé.
Una pena el no poder contar con jugadores para disputar estos partidos de tú a tú contra rivales del mismo nivel, que de esta forma hacen de un partido un mero trámite en el que los compañeros deben soportar un auténtico baño a cambio de figurar como presentados y que así el equipo no pierda la mitad de la fianza.
El partido comenzó tarde, pues el árbitro sufrió una agresión en el partido anterior y permaneció en los vestuarios mientras se personaban en el recinto deportivo las fuerzas de órden público para tomar nota del incidente y recoger la oportuna denuncia. El partido anterior fué suspendido y seguro que el autor de la agresión recibirá una dura sanción.
Desde el principio, el partido fué un monólogo de los rojos y un querer y no poder de los magiares, que veían cómo una y otra vez las llegadas caminando de los primeros terminaban en gol. En defensa tampoco tuvieron que esforzarse mucho, pues las llegadas blancas rara vez incomodaban a su portero, que apenas tuvo trabajo en todo el partido.
En la segunda parte, con Juanje de jugador, siempre luchando por cada balón, el equipo pareció mejorar un poco, pero fué una ilusión. Una clásica jugada suya, arrancando con el balón desde el medio campo y cruzando ante la salida del portero hacía que el magia consiguiera el gol del honor, pero la abultada diferencia en el marcador en ese momento hacía difícil el que se le pudiera calificar con ese adjetivo. Fruto de la frustración, Manu y Juanje fueron amonestados con tarjeta amarilla en sendas faltas a los rivales, aunque en ninguna de ellas hubo mala fé.
Una pena el no poder contar con jugadores para disputar estos partidos de tú a tú contra rivales del mismo nivel, que de esta forma hacen de un partido un mero trámite en el que los compañeros deben soportar un auténtico baño a cambio de figurar como presentados y que así el equipo no pierda la mitad de la fianza.
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